Se nos han acabado las vacaciones navideñas y casi hemos cumplido el primer mes de esta nueva década. Y, como mucha gente, he empezado el año con muchas buenas intenciones, es decir con un montón de propósitos para cumplir. Entre ellos, por supuesto, incluyen las metas de siempre: perder peso, ponerme en forma, beber mucho menos y ser más amable con mi familia, parientes y vecinos. ¡Claro que no puedo olvidar lo más importante de todo! Llegar a hablar el español con más fluidez y hacer muchos menos errores en mis pláticas.
¡Ojalá si os pudiera decir que siempre tengo éxito! Sin embargo, la verdad es no he cumplido mis compromisos y que durante las últimas tres o cuatro semanas, en vez de perder peso, he engordado 2 kilos; en vez de tener un enero seco, no podía resistir una copa de vino después de un día agotador; y para mi vergüenza, me he enfado y discutido con casi todo el mundo a mi alrededor. Y de español, pues ya veréis, admito que el hecho de hacer esta plática me ha hecho, por primera vez, mirar mis libros. Aunque he visto dos películas españolas en Netflix pero hice trampa mirándolas con subtítulos.
Entonces, me di cuenta que soy una persona con muy poca fuerza de voluntad. ¿Y vosotros? Habéis hecho algunos propósitos para el año nuevo? Y si es así, ¿los habréis mantenido? Y si es así, cual es vuestro secreto porque me gustaría que me ayudéis a empezar de nuevo en febrero.