La semana pasada hablamos de la alta cultura, y aprendimos algo sobre la obra de un pintor noruego y una pintora canadiense. Robert nos contó la historia presentada durante la serie “Fake or Fortune” de un individuo que había comprado a buen precio un cuadro desaparecido. Hoy quiero compartir con vosotros otra historia que se trata de un retrato perdido. Esta vez el estilo es más formal y tradicional, y data del siglo XVII. Antes de leer el artículo yo no conocía el nombre del artista italiano Ghislandi, y en mi opinión el retrato es bastante feo. Sin embargo, para mí la historia es muy interesante y también divertida.
Como veréis, dos hermanas en Argentina heredaron una propiedad de su padre, Friedrich Kadgien, un exnazi. Parece que, durante o después de la segunda guerra mundial, él había adquirido una parte de la colección de un comerciante de arte judío cuyos descendentes tratan de recuperar los objetos robados, y restaurar su legado.
El artículo me introdujo a dos frases interesantes y expresivas. Ojalá las autoridades agarren a la familia Kadgien “con las manos en la masa” [red-handed], y sin duda, gracias a la publicidad, las hermanas sabrán que su padre fue considerado como una “serpiente de la más baja calaña” [low-life].
¿Conocéis otros ejemplos de fotos que han revelado crimines?
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