Según la leyenda, Stirling debe su supervivencia a una jauría de lobos. Hace alrededor de mil años, en la colina donde está situado el castillo, vivía una pequeña comunidad de celtas de Cumbria (Rheged). Una noche, un grupo de vikingos decidió atacar a esta comunidad y cuando se acercaban a la colina los vikingos molestaron a un lobo. Al oír los aullidos, los príncipes celtas fueron a defender a su gente, pero entonces vieron a los vikingos huyendo de los lobos. Por eso el lobo aparece en varios lugares en la ciudad.
En Escocia, el lobo se extinguió durante el siglo XVIII. Ahora unas personas quieren reintroducir lobos para controlar la población de ciervos. Sería un proyecto polémico porque los lobos comen no sólo ciervos. No existen lobos en el noroeste de Europa, pero hay poblaciones grandes en España, Italia y otros países donde los granjeros reciben una indemnizacion de €2M al año por ganado presuntamente matado por lobos.
Un lobo adulto puede tener un peso de hasta 50kg, un largo de 2m, una estatura de 1m, y mandíbulas que tienen una fuerza del doble a la de un pastor alemán. Sus partidarios nos aseguran que sería reintroducido en cotos empalizados. Definitivamente no me gustaría encontrarme con un lobo cuando corro por las mañanas.
Fuentes para consultar: