El sábado pasado mi marido y yo fuimos invitados a un evento recaudatorio muy interesante e impactante en el teatro nacional de Glasgow. Éste se anuncia como ‘un teatro sin paredes’ y ‘un teatro para todo el mundo’, porque a menudo las obras y espectáculos teatrales se presentan en edificios comunitarios y lugares diversos, y también porque se quiere fomentar la inclusión social.
El evento fue una muestra tanto de espectáculos, que se habían representado durante el año pasado, como de obras preliminares. El tema principal de la tarde fue la accesibilidad para todos, independientemente de sus capacidades técnicas, cognitivas o físicas. Hubo una comida de tres platos conjuntamente con el entretenimiento en vivo (en directo), y una subasta al final de la velada para recaudar fondos para el teatro.
Para nosotros, la artista estrella fue una imitadora de Elvis. Subió al escenario en muletas y hablaba de su admiración por Elvis, utilizando sus muletas como un asiento, lo que le dejaba tener el micrófono en la mano. Explicó que siempre había querido salir del edificio como Elvis – ‘El Rey’ solía salir lentamente del escenario y entonces de la sala, pasando por la muchedumbre para su última canción del concierto. Sin embargo, para esta artista, andar y cantar al mismo tiempo no era posible con un micrófono y muletas.
Por consiguiente, pidió a la audiencia que le ayudara a salir del edificio. Mientras ella andaba entre las mesas y cantaba ´No puedo evitar enamorarme de ti’, los invitados tuvieron que pasar el micrófono uno a otro manteniéndolo cerca de su boca. Durante la canción, el ambiente en la sala, aunque tensa, era también verdaderamente colaborativo. Todo el mundo quería que tuviera éxito. Lo hizo, salió del edificio, después de un rendimiento muy conmovedor e inolvidable de la canción famosa del ‘Rey’.