Cuando comencé a aprender español, me atrajo el método desarrollado por el lingüista estadounidense Stephen Krashen. Dijo que la adquisición del lenguaje ocurre a través de un proceso inconsciente y no requiere ejercicios tediosos, sino una comunicación natural en la que los hablantes no se preocupan por la gramática sino por los mensajes que transmiten. Su método principal se llamaba entrada comprensible donde el estudiante escucha el lenguaje hablado, aunque es posible que no entienda todas las palabras,se adquiere el conocimiento del idioma al relacionar sonidos y palabras con acciones y objetos, de la misma manera que lo hace un niño.
Esta fue una gran noticia, pues así podría
relajarme y ver la televisión española y poco a poco iría adquiriendo
conocimiento de la lengua española. Bueno, miré innumerables programas de
televisión y escuché numerosos audiolibros en español, y si bien fueron
agradables, ahora puedo decir que hicieron poco para mejorar mi conocimiento
del español. Un buen ejemplo de esto fue un audiolibro de una versión española
de la novela de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio. Conocía la trama de la
versión inglés y pensé que entendería lo que estaba pasando en la versión
española, aunque no entendía todo lo que se decía. Lo escuché una y otra vez,
pero mi comprensión solo mejoró cuando investigué la traducción con referencia
a la versión en inglés. Lo escuché nuevamente recientemente y me complace
informar que ahora puedo seguir todo lo que se dice, pero lo atribuyo al
trabajo duro durante años en otros métodos y no a la entrada comprensible.
Por supuesto, la entrada comprensible funciona
para niños o alguien que está inmerso en el idioma, pero no funciona para mí en
mis circunstancias. Cuando estoy escuchando español, no aprendo nada de las
partes que ya entiendo, y las partes que no entiendo siguen siendo un misterio
hasta que las investigo.