Un programa televisivo que se llama ‘El ladrón, su esposa y la canoa’ ha sido un tema muy debatido esta semana. Estructurado en 4 partes, el programa está basado en una historia real que empezó en el año 2002.
La historia es complicada y casi increíble – en 2002, debido a que John Darwin estaba en deuda, fingió su muerte por ahogamiento en un accidente de canoa en el Mar del Norte. Su esposa Ann Darwin sabía de sus intenciones, pero no pudo persuadirle de lo contrario y después del ‘accidente’, ella denunció la desaparición tanto a la policía como a sus hijos. Al principio, John se ocultaba en una tienda de acampar por los bosques y más tarde vivió en un estudio escondido detrás del dormitorio de la casa matrimonial. Después de unos años, su ‘viuda’ convenció a la policía y a la compañía de seguros que su marido había muerto, a pesar de que no hubiera un cuerpo.
En 2006, los dos se fueron a vivir a Panamá, donde se quedaron hasta que se presentó una modificación en las normas del visado; la identidad de John ‘Jones’ necesitaba ser verificada por la policía en el Reino Unido, y por lo tanto tuvo que regresar a Inglaterra, donde fue a una comisaría de policía, 5 años después de su desaparición, y fingió que padecía de amnesia. El programa sigue los giros y virajes de esta historia, incluso las consecuencias duraderas de las mentiras del ‘ladrón y su esposa’ sobre su familia.
El programa nos interesa especialmente a nuestra familia por dos razones: ¡primeramente porque ‘el ladrón/hombre de la canoa’ en cuestión es el primo hermano de mi cuñado (y la oveja negra de la familia), y en segundo lugar, éste cuñado participa como un ‘extra’ en el programa!