Durante la guerra civil española, el gobierno británico junto con otros países europeos, adoptaron una política de no intervención, que dio lugar a graves dificultades para el pueblo español.
La gente de Escocia desafió esta política y se unieron para recaudar fondos y así proporcionar ayuda humanitaria a la población civil española. Formaron una organización llamada la Unidad Escocesa de Ambulancias. Su principal objetivo era aliviar el sufrimiento en las zonas más afectadas de Madrid por la Guerra. Sus principales obligaciones incluían el tratamiento de los heridos, la evacuación de los refugiados y así como proporcionar los suministros básicos de alimentos y medicinas.
La primera unidad de seis ambulancias, un autobús y dos camiones cargados con el equipo médico necesario y tripulado por voluntarios, llegó a Madrid en septiembre mil novecientos treinta y seis.
Uno de los voluntarios era Thomas Watters. Nació en Alloa en mil novecientos trece y se crió en el cercano pueblo de Tillicoultry. Cuando decidió ofrecerse como voluntario él estaba trabajando como conductor de autobús y estudió primeros auxilios con la Cruz Roja. Él era apolítico y con un fuerte carácter humanitario que mantuvo durante toda su vida.
A pesar de haber presenciado las atrocidades de la guerra, él seguiría sirviendo con la unidad de ambulancias durante dos años hasta su repatriación en mil novecientos treinta y ocho.
En reconocimiento al trabajo de Thomas Watters durante el conflicto español recibió la medalla del imperio británico.
El gobierno español le concedió la ciudadanía española.
El pueblo de St Albans encargó a un escultor para hacer un busto de Thomas Watters que se exhibe en el museo local de St Albans.
Él tenía noventa y nueve años cuando murió en el año dos mil doce.
Fuentes adicionales: