La semana pasada se celebró el Día Internacional de la Mujer, y me pregunté cuales mujeres destacaron más en España. Descubrí una lista de 34 mujeres influyentes que incluyó Isabel II, Juana la Loca, Monserrat Caballé y Penélope Cruz. Cada lista es polémica y da lugar a opiniones muy distintas; sin embargo, para mí, una mujer que mereció su inclusión fue Catalina de Aragón. Fue la hija de los Reyes Católicos, y la esposa de Enrique VIII después del fallecimiento de su primer marido, Artur, príncipe de Gales. Debe haber sido difícil para ella vivir en un país tan diferente del suyo y con un hombre tan fuerte y desagradable, aunque Enrique (?) parecía más simpático de joven.
Antes de su primera boda Catalina actuó como embajadora para la Corte Española en Inglaterra, sirvió como regente de Inglaterra durante la ausencia de Enrique en Francia y ganó el respeto del país, incluso el de su enemigo Thomas Cromwell.
Luchó siempre contra Enrique quien quería reemplazarla con Ana Bolena y anular su matrimonio, defendiendo su derecho de ser la esposa legítima de Enrique y el derecho de su hija, María, de heredar la corona. Pasó el resto de su vida triste en un castillo y nunca reconoció a Ana Bolena como la nueva reina.
Aunque no me gustaron todas las acciones de Catalina (especialmente su oposición a Escocia), me impresionó como una mujer valiente que desafió a un rey poderoso que no pudo romper su espíritu.
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