Frutas tropicales frescas y baratas son
algunas de las atracciones de las Filipinas. Muchas como el plátano, la piña y
la guayaba se pueden obtener fácilmente en este país (UK), pero otras no se ven
generalmente aquí. Sin embargo, algunas frutas han sido introducidas a las
Filipinas como la sapodilla (chico) proveniente de las Indias Occidentales o la
fruta jaca (panapén) de Indonesia. Ambas son deliciosas con distintivos
sabores. Otras son nativas como los lanzones, parecen similares al lichi pero la
carne de la fruta tiene un sabor dulce amargo y, ¡no coman las semillas! son
extremadamente amargas.
El rey de todos es el mango filipino o el mango
carabao. El carabao es también un “búfalo de agua” y no sé por qué un animal
dócil pero feo comparte ese nombre con una especie de mango. Se pueden
encontrar mangos en los mercados locales y cuestan alrededor de 80 pesos por
kilo (£1.20). Tiene que regatear para obtener un mejor precio, pero vale la
pena. A los filipinos les gusta comerlos inmaduros con camarones salados. Este es un gusto adquirido
y pero yo los prefiero maduros en el sol de la tarde, cuando se vuelven (ya están) dulces
y jugosos.