Antes de la Revolución Industrial y del advenimiento de la máquina de hilar y tejido, en muchas partes de Escocia, incluso en las islas Hébridas, hacían su propia tela de manera artesanal. En las islas estos tejidos caseros incluían un áspero tweed hecho completamente a mano por los granjeros con su propia lana teñida con tintes vegetales.
La familia Dunmore fue de vital importancia para los crofters ya que los animaban a producir una tela adecuada para un mercado más amplio. La ropa, al ser durarera y resistente al agua, era bien adaptada a la vida de campo. Así, Lady Catherine Dunmore comenzó a promover el textil local como una tela de moda para uso de caza y deporte. Pronto se convirtió en el tejido de elección para la nobleza y la aristocracia de la época.
Con la demanda establecida para esta "Harris Tweed" de alta calidad, Lady Catherine enviaba a chicas de las Hébridas a Alloa para entrenamiento. Ella mejoró el proceso de producción de hilo para crear una tela más consistente y fiable, y a finales de la década de 1840, comerciantes de Edimburgo y Londres suministraban a las clases privilegiadas con tejidos Harris Tweed hecho a mano.
En los últimos años se han visto mucho los Harris Tweeds en tiendas normales y también en las colecciones de alta costura (haute couture) impulsadas por Patrick Grant de Norton & Sons, el sastre de Savile Row. Me encantan los colores naturales de Harris Tweed que evocan el paisaje escocés. Mi chaqueta y chaleco hecho de Clò Hearach son las cosas favoritas en mi armario.