Mas huesos secos – por Catriona
Una de las características de nuestras clases es que hablamos de muchos asuntos diversos, y la discusión nos anima a estudiar e investigar temas de amplio espectro.
Esta semana la lectura de “Lluvia de castigo” me provocó (hizo) reflexionar sobre la biblia, el arte sacro, y el espiritual negro, y asimismo me animó a desenterrar memorias medio olvidadas.
Los artistas de la edad media y del renacimiento representaron vívidamente los relatos bíblicos e incluso de lo que podemos anticipar al final de los tiempos. Por ejemplo, un tríptico de Fra Angélico nos muestra la segunda venida de Jesucristo, en medio están las tumbas rotas de los muertos resucitados, que han salido de sus tumbas para ser finalmente juzgados.
Además, me acordé, imprecisamente, de una canción “Dem dry bones”, que ahora se canta con niños, en parte para enseñarles la anatomía. El texto se refiere a una historia del Antiguo Testamento, en la cual Dios lleva el profeta Ezequiel al desierto, y le muestra muchos huesos secos que pertenecen (nova?) a la tribu israelí. Afortunadamente, la historia de la Biblia (a diferencia de nuestra novela) tiene un final feliz, porque Dios ofrece reavivar los huesos, y darles un nuevo lugar. En EE.UU, después de unos milenios, los esclavos de raza negra entendían la misma historia como una promesa de libertad.
Fuentes: