La semana pasada, Anne escribió sobre una parada de autobuses en Unst, lo que me dio la ocasión de recordar otras cosas cotidianas cuyo uso se ha cambiado - o sea, las cabinas telefónicas, y particularmente las de color rojo.
Hay una cabina telefónica roja enfrente de nuestra casa, la cual atrae mucha atención a los visitantes y turistas que posan para fotos dentro y fuera de la cabina. Sin embargo, aunque todavía funciona, casi nadie la usa para hacer llamadas, porque por supuesto hoy día la mayoría de la gente tiene sus propios móviles. De hecho, la cabina telefónica roja se ha convertido en un símbolo cultural, y tiene una larga y orgullosa tradición.
En 1924, hubo un concurso entre 3 arquitectos respetados que se dieron a la tarea de diseñar una cabina para los municipios de Londres. El diseño ganador fue el de Sir Giles Gilbert, inspirado por un mausoleo en San Pancras, en argento y azul – pero el Royal Mail cambió el color a rojo, con una corona pintada de color oro. En 1936, un modelo ligeramente diferente se hizo para celebrar las bodas de plata del rey Jorge V, y se situaron estas cabinas fuera de Londres por la primera vez. Cuatro años más tarde, había 35,000 en el Reino Unido.
En 1953, la recién coronada reina Isabel reemplazó la corona de Tudor en las cabinas con la de San Eduardo. Pero en Escocia, después de disturbios callejeros, desde 1955 las cabinas aquí tenían la corona de Escocia.
Hoy, sólo quedan aproximadamente 11,000 cabinas en el Reino Unido. Desde 2008, en Escocia 370 cabinas, poco utilizadas, se han comprado por comunidades por solamente una libra. Se han convertido en bibliotecas, galerías de arte y desfibriladores…¡pero hasta ahora, no hay cabinas con televisores, microondas o cortinas!