Ayer recibí un correo electrónico de los mapas de Google que mostró (muestra) en gran detalle mis actividades durante el mes de marzo. Fue la primera vez que había abierto uno de estos correos y nunca me había enterado antes cuántos datos personales se recogen en ‘Google Maps Timeline’.
Según esta línea de tiempo, caminé 22 millas en total durante 6 horas, viajé 86 millas en bicicleta durante 9 horas y también pasé 9 horas en una forma de transporte incluyendo el coche y el tren, por un total de 167 millas. Se puede ver dónde y cómo voy, a qué hora, cuánto tiempo me quedo allá y aún las fotos que saco en cada lugar. Me impactó cuánto se reveló.
Decidí comparar el mes de marzo con el mes de enero (antes del encierro) – cuando aparentemente caminé 29 millas en total durante 12 horas, viajé 25 millas en bicicleta durante 3 horas y pasé 25 horas viajando 991 millas en el coche o en el tren (incluso una visita a Manchester). Al mirar estos datos, pensé qué fácil sería para las autoridades saber si alguien estuviera , o no, siguiendo las reglas de autoaislamiento o la rutina diaria del ejercicio en el exterior.
Del mismo modo, el artículo en El Financial Times, que Noe envió, habla de la tecnología de vigilancia y de lo que pueden hacer los teléfonos inteligentes en lo que se refiere al virus de Corona. Esta tarde se anunció en las noticias que Apple y Google están incorporando una característica en los dispositivos móviles para permitir a las personas rastrear e identificar los portadores del virus confirmados, o presuntos, y advertirles de la proximidad de las personas contagiadas, y de esta manera ayudar a la trazabilidad de los contactos.
Se dice que estas herramientas de rastreo preservarán la privacidad. Espero que, como dice el citado artículo, se creen en un espíritu de cooperación y confianza, y que aquella tecnología sea utilizada en el mejor interés de todos.