Durante los años cincuenta, nos prometían que la energía nuclear sería una fuente limpia y tan barata que la electricidad costaría casi nada. Por supuesto, la elección de un lugar en la costa norte de Escocia, lejos de cualquier centro de población grande, para desarrollar la tecnología nos dijo algo bastante diferente.
El primer reactor en Dounreay se abrió en 1958 y se usaba para probar materiales. El año siguiente un segundo reactor empezó a suministrar electricidad al "National Grid", anexándose en 1966 un último reactor de tipo "fast breeder". El desarrollo y la generación siguieron hasta 1994.
Además, el tratamiento y el almacenamiento de los residuos nucleares se llevó a cabo en Dounreay hasta 1998. Algunos residuos se almacenaron en un hueco con una profundidad de 65 mts. El sodio y el potasio se almacenaron allí también, lo que ocasionó una gran explosión en 1977 cuando entró agua del mar. La zona cercana fue cubierta con partículas radiactivas.
Después de producir energía durante 35 años, se empezó el proyecto de desmontar, hacer seguro y restaurar los reactores y la zona cercana. Según un reportaje reciente, algunas áreas no estarán seguras hasta 2333.
Seguiremos contando con la energía nuclear por muchos años por haber parado el uso del sucio carbón como un combustible. Dounreay nos recuerda que la energía nuclear es lejos de ser limpia.