Me entristecía saber de la muerte de Leonard Cohen, el cantante y poeta canadiense. Su música y poesía han sido parte de mi vida, y más ahora que en mi joven rebelde (que cuando era un joven rebelde). Recuerdo en los años sesenta me reía de mi hermana mayor cuando ella leía un libro de sus poemas, sentía que eran pretenciosas y hoscas, pero sólo ahora entiendo sus bellezas melancolías.
En su juventud Leonard Cohen escribió novelas y poesía y sólo comenzó a cantar cuando se dio cuenta que la poesía no era rentable (remunerable). Él era muy abierto sobre su vida, sus amores y sus fracasos. Por ejemplo, él admite libremente que tuvo que trabajar tarde en su vida porque su ex amante Kelley Lynch había malgastado todo su dinero. Me encantó su honestidad y que nunca se tomó demasiado en serio, esto es evidente en la burlona pregunta en el título de su álbum final, ¿Lo Quiere Más Oscuro?
Él ha demostrado que la poesía y la música pueden cruzar fronteras y fueron admiradas en España. Ganó el Premio Príncipe de Asturias en 2011 y en la ceremonia de premiación, hizo un homenaje al poeta español Lorca y a un desconocido guitarrista flamenco en un discurso conmovedor.