Nuestras vacaciones en Málaga fueron muy interesantes, en parte porque coincidieron con La Semana Santa. No elegimos este periodo deliberadamente y, antes de llegar allí, no sabíamos que nuestro piso estaba en la ruta de muchas de las procesiones tradicionales.
En Málaga, como en otras ciudades en el sur de España, hay una gran tradición de procesiones durante esta semana. En cada ciudad las procesiones tienen su proprio vocabulario. En Sevilla se llaman “Los Pasos”, pero en Málaga es muy importante hablar de “Los Tronos”. En la ciudad existen cuarenta “hermandades” o “cofradías”, y en el pasado sus miembros (los cofrades) se unieron a causa de su profesión o de su parroquia. Ahora parece que los miembros de familias continúan las tradiciones de sus abuelos.
Durante la Semana Santa, las cofradías organizan procesiones que duran cada una 8 o 9 horas. Los cofrades llevan puestos trajes especiales de penitentes, con sombreros (“capirotes”) que les esconden la cara. A menudo hay más de mil participantes, incluso músicos, otros seguidores, y niños que llevan velas o queman incienso. Cada procesión se centra en una estatua de Jesús, o de la Virgen, sobre una estructura muy grande. Un equipo de “costaleros” (al menos 200, casi todos hombres) transporta la pieza a hombros. Los tronos tienen que ser muy pesados, y vimos que era necesario que la procesión hiciera muchas pausas.
Es difícil para nosotros, como extranjeros y espectadores, saber si las procesiones sean actos piadosos o eventos de teatro para los participantes. Quizá, sean una mezcla de los dos.
Unas fotos desde nuestro balcón: La Última Cena, La Crucifixión, y unos participantes andando a casa.