La semana pasada discutimos un poco el impacto del coronavirus en varios sectores económicos. Era ya obvio que había un problema en algunas fábricas donde se producen coches y aparatos electrónicos, porque fallan piezas esenciales. Y es probable que los consumidores que han pedido muebles nuevos de origen chino estarán decepcionados cuando sus compras no lleguen a tiempo.
Durante la semana las noticias cotidianas nos resaltaron los problemas enfrentados por varios individuos, y por los gobiernos nacionales y locales. Me pregunté: ¿cómo reaccionaría yo si hiciera frente a una situación parecida? Una mía amiga escocesa, que pasaba el fin de semana en Londres, me confesó que había cancelado una cita con otros amigos en un restaurante chino, luego entonces la cena fue en otro lugar. ¿Ella exageró? ¿Mostró una xenofobia irracional y desagradable? ¿Y en una ciudad tan cosmopolita cómo se puede distinguir entre los extranjeros y la gente local?
Otras personas han tratado de evitar el metro durante las horas punta, para esquivar contacto con “extranjeros” que podrían estar infectados. Por suerte, no tengo que viajar diariamente al trabajo en una ciudad grande como Londres. Mi vida tranquila en Stirling sigue siendo sin peligro (o al menos eso es lo que espero). Pero tengo que preguntarme: ¿qué habría hecho si todavía trabajara en el centro de la ciudad? ¿Tendría puesta una mascarilla?
Espero que aquí el riesgo mayor sea caer enfermo con la gripe. El video siguiente, proveniente de BBC Mundo, nos muestra en gran detalle como lavarse las manos para al menos minimizar ese riesgo.