Como dije durante nuestra ultima clase, cuando Robert y yo discutamos un plan para nuestras primeras vacaciones post-Covid, yo votaré por un viaje en tren. Por casualidad descubrí esta semana que la Unión Europea ha nombrado 2021 el año del ferrocarril. Os envío dos videos, uno muy corto y otro más largo. Según el locutor (que me parece un hombre bastante aburrido) la EU tiene grandes planes ferroviarias para alcanzar sus objetivos medioambientales a largo plazo.
El funcionario nos ofrece varias estadísticas para convencernos que es importantísimo utilizar el ferrocarril más a menudo para transportar mercancías y también para trasladarnos. Es probable que el presentador, a causa de su trabajo, esté entusiasmado debido a la idea de una red internacional y es normal que él se esfuerce por evangelizar a su audiencia. Vamos a ver si los planes dan frutos.
Lo que ya se ve en España es que la inversión reciente en las redes de alta velocidad, a costa de la inversión en las redes rurales, ha contribuido a la despoblación y a la reducción de actividades locales. Hay ganadores y perdedores. Si tenéis tiempo, os recomiendo que miréis al menos una parte del segundo enlace, transmitido recientemente por RTVE. Veréis varios individuos que se preocupan por la falta de transporte público en su región, y que luchan por un servicio mejor.