En el momento de redactar esta plática, veo el juego de Andy Murray en su tercer partido de tenis de la semana. Es una experiencia agridulce. Para mí, durante los 5 años pasados, el torneo en Wimbledon ha carecido el elemento mágico que el jugador escocés nos ofrece. ¡Sin embargo, no es fácil ser una aficionada de Andy Murray! A veces puede ser una forma de tortura.
Durante la semana, los psicólogos deportivos han analizado los hábitos de Andy y especialmente lo de gritar a viva voz a ciertos miembros de la audiencia o a su equipo. Después del partido del miércoles, explicó en su entrevista con medios de comunicación que había elegido dos o tres aficionados en la muchedumbre a los que podía gritar para descargar su frustración. Aparentemente, esta estrategia funcionó bien para él (hasta ahora al menos).
También analizaron los psicólogos el impulso competitivo que persiste en su juego, a pesar de los obstáculos a los que el jugador de tenis ha tenido que hacer frente. 'Según los comentaristas, la gran emoción de la muchedumbre en Wimbledon fue muy importante para motivar a Andy. Además, el ambiente y apoyo para él fueron especialmente poderosos después de un intervalo de 5 anos. 'Desafortunadamente, aquel resurgimiento fue efímero…en el momento de terminar esta plática, mi héroe acaba de perder el partido.
¡Hasta el próximo año Andy!