En noches claras, al salir por la puerta trasera, siempre llama mi atención la forma conocida de la constelación Orión. Parece ser una constante en el cielo pero, según los científicos, la luz de su estrella segunda más brillante, Betelgeuse*, ha disminuido durante los años últimos.
¿Qué está pasando? Pues, en primer lugar, deberíamos utilizar el pretérito, porque la luz tarda en viajar hasta aquí, puesto que lo que vemos tuvo lugar hace cientos de años. Las estrellas principales en la constelación se encuentran entre 245 y 1,342 años luz de distancia, 624 años en el caso de Betelgeuse. Igualmente, y asumiendo que fuera verdad, si la gente de Betelgeuse pudiera mirarnos, acabaría de haber visto a Dick Whittington hacerse alcalde de Londres en 1,397.
Podemos ver a simple vista estrellas individuales hasta 4,000 años luz de distancia, pero los telescopios grandes pueden observar estrellas billones de años luz lejos. Es increíble que miramos algunas cosas las cuales ya no existan, un pensamiento que me hace sentir muy solo entre la inmensidad del universo.
Aunque Betelgeuse está muriendo, la reducción de luz reciente se ha atribuido a nubes de gas en el espacio. Se estima que la estrella morirá aproximadamente en 100,000 años después de convertirse en una supernova, la cual quizás parecerá más brillante que la luna desde la Tierra. Sin embargo, lo menos seguro es que la humanidad sobreviva hasta entonces.