La semana pasada empezamos a hablar de las emociones y de los sentimientos. A decir la verdad, antes de la clase nunca había tratado de definir estos dos términos. Los expertos afirman que las emociones son reacciones biológicas y muy rápidas. Se las describen como “incontrolables” y “contagiosas”.
Entiendo ahora que un sentimiento emerge en un modo más lento. Refleja la reacción de un individuo cuando se enfrenta a un acontecimiento, y depende de cómo este individuo lo interprete. Nuestros sentimientos indican nuestro estado de ánimo a más largo plazo.
Durante los juegos olímpicos de inverno, hemos tenido muchas oportunidades de observar las reacciones de los atletas y de los comentaristas. ¿Habéis mirado varias carreras? Puedo confirmar que he visto una gama larga de emociones por parte de los participantes, y es verdad que la alegría puede ser contagiosa. Muy a menudo no solo los ganadores y sus equipos, pero también los otros finalistas se abrazan en un modo que parece espontáneo.
Desafortunadamente, los británicos no tienen éxito en los deportes invernales, y por eso la emoción que compartimos con nuestros atletas es muy a menudo la desilusión. O no llegan a la final, o quizás llegan en cuarto lugar, es decir sin medalla.
La semana pasada Jeff citó las palabras de Rudyard Kipling, y nos animó a tratar los triunfos y los desastres de la misma manera. Lo siento que, durante estos juegos, el equipo británico y sus seguidores tengan que practicar el sentimiento de gratitud por haber participado, aunque sin ganar nada.