Esta semana podemos disfrutar de muchos eventos deportivos en la tele. Hay el Campeonato Europeo de Futbol en el cual participan 24 equipos. Países muy pequeños desafían a países como Portugal. Esperamos que los equipos no favoritos triunfen, aunque no sea probable. En el tenis, seguimos a los jugadores británicos (en particular a las mujeres). A veces tenemos un rayo de esperanza, pero es raro que las británicas venzan a las superestrellas.
Hoy en día un golfista casi desconocido, Andrew Landry (número 624 en el mundo) está en la cima del marcador del Abierto de los EEUU. Y esperamos que continúe jugando bien.
¿Apoyar a los desamparados es un rasgo particularmente británico, en los deportes y también en la vida? ¿O es igual en otros países? Desde nuestra juventud, se nos dice que es más importante participar que ganar. Y en Wimbledon hay un letrero que aconseja a los jugadores que consideren el triunfo y la derrota como si fuesen iguales.
¿O puede ser que tengamos un motivo cínico para apoyar a los menos favorecidos? En las carreras de caballos (por ejemplo este semana en Ascot) las personas que echan apuestas pueden, con mucha suerte, recibir un montón de dinero cuando un caballo poco favorito gana.