Recientemente leí un artículo en El País Semanal llamado “Conducir no significa conducirse”. Trata del decreto en Arabia Saudí que permitirá a las mujeres conducir a partir de junio del año que viene.
A primera vista la decisión del rey parece ofrecer a las mujeres un gran paso adelante. Sin embargo el escritor del artículo plantea varias preguntas pertinentes que muestran que el desarrollo de la nueva política será un poco más complicado. Por ejemplo, se le permitirá a una señora que viaje sola? Con quien la señora podrá conducir? ¿Será necesario que un hombre vaya de chaperón, o quizás solo bastará otra mujer? ¿La conductora tendrá que llevar puesto un velo especial, que no limite la visión periférica?
En el oeste somos afortunados y damos por hecho nuestra libertad personal. Los individuos (masculinos y femeninos) tienen la posibilidad de alquilar o comprar coches y podemos conducir a cualquier parte que queramos. Requerimos solo el dinero, la licencia de conducir, el seguro, etcétera.
La vida cotidiana en otros países es mucho más limitada. En Arabia Saudí no es solo una cuestión de saber conducir. Hasta ahora las mujeres allí no disponen de cuentas bancarias, y por eso comprar un coche o una póliza del seguro es aún imposible.
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Notas gramaticales: