Recientemente tuvimos como visitantes en nuestra casa dos amigos ingleses con sus dos perros. Estábamos un poco nerviosos por la visita de los perros porque era la primera vez que teníamos animales domésticos en la casa. Nuestra nerviosidad no era justificada. Los perros eran muy simpáticos: nos encantaron y no molestaron de ningún modo.
Nuestro amigo, Keir, era policía y nos contó muchas historias muy interesantes de sus aventuras como oficial de la policía en Londres. Dijo que una vez recibió una llamada urgente diciendo que un hombre había matado a la niñera de sus hijos, asi que Keir tuvo que irse a la casa de la abuela de los niños para protegerlos, por si acaso el hombre quisiera matar también a sus niños (hubiera querido matar). Keir mencionó que la abuela era una señora muy vieja, muy rica y bien vestida pero algo extraña. Adicionó (Agregó) que el comportamiento de uno de los niños – un chico de siete años de edad – era insoportable.
Keir pasaba todo el día con ellos y afortunadamente nada mal ocurrió. Resultó que el asesino, el padre de los niños, había desaparecido después del asesinato y hasta la fecha no lo han encontrado. Solo más tarde Keir supo que el nombre del sospechoso era Lord Lucan, apodado Lucan El Feliz (Lucky Lucan). ¿Feliz? ¿De verdad? No lo creo.