Hace muchos años había un programa de televisión llamado “ Esto es tu vida “.¿Lo recuerdas? En mi opinión no siempre era agradable para el invitado —-normalmente una celebridad de cualquier tipo y para quien el programa era toda una sorpresa - ver sus éxitos pero también sus derrotas, sus secretos en fin todos los detalles de su vida revelados al gran público.
Mucho mejor era un programa de radio intitulado “ Los discos del abandonado en una isla desierta”. El invitado —el abandonado – tenía que elegir los discos que le gustase traer consigo si un día fuera abandonado en una isla desierta. Claro que el objetivo del programa era describir la vida del invitado —una vez más una persona famosa —a través de sus elecciones musicales.
Recientemente por cualquier razón pensé -cuales discos yo hubiera elegido si fuera invitado como el abandonado (aunque obviamente estoy lejos de ser una celebridad y no quiero en absoluto este status). Voy a compartir mis elecciones con los avanzados nominando solo tres discos y no diez como en el programa mismo y esperando que durante la clase ellos nominen un disco que sea importante para sus vidas
“Un tono mas blanco de pálido”
Este disco fue muy popular en los años 70 en el momento en que yo llegué a Londres al comienzo de mi vida laboral. En aquel entonces, yo, un chico joven originario de un pequeño pueblo de mineros en Escocia, empezaba mi carrera en el Banco de Inglaterra situado al centro de la capital financiera del mundo. Recuerdo que me sentía muy pequeño y insignificante.
“La música para los fuegos artificiales reales”
Este no fue mi elección. Fue la música que Catriona eligió para nuestra boda en Wimbledon en 1979. Como para todos, fue un momento muy importante en mi vida.
Las bonísimas, bonísimas orillas del lago Lomond
Tuve que elegir al menos una melodía escocesa y mi elección es esta canción porque recuerdo como la cantábamos en la escuela primaria y siempre me gustaba.