La semana pasada, 10 montañeros nepaleses alcanzaron la cumbre de K2, la segunda montaña más alta del mundo y la más difícil de escalar, en la cordillera de Karakórum. Además, es la primera vez que esta montaña es conquistada en invierno, a temperaturas de -60 grados Celsius. Antes de esta conquista, K2 era la última de las 14 montañas más altas de la tierra (de más de 8000 metros) que no había sido escalada durante los meses invernales.
Los 10 montañeros se detuvieron unos 10 metros antes de la cima para subir, juntos en grupo, al pico y cantaron el himno nacional de Nepal al hacerlo. Fue un momento significativo e histórico para Nepal en la descolonización de montañismo y la escalada a gran altitud.
Desde la primera subida en 1950 de Annapurna, una montaña de más de 8000 metros, la escalada a gran altitud ha sido una empresa colonizadora (actividad dominada por extranjeros?). Esto es a pesar de que la mayoría de expediciones a esta altura todavía cuentan con el apoyo de equipos de porteros y guías de la región Sherpa de Nepal. Lo que es más, la cuestión de quién, entre Tenzing Sherpa y Edmund Hillary, alcanzó Everest por primera vez en 1953 todavía queda polémico.
Según Sono Sherpa, uno de los K2 montañeros, ‘Colaboración, el trabajo en equipo y una actitud positiva pueden superar los límites que creemos posible’. En mi experiencia, los montañeros de las regiones de Sherpa y Gorkha tienen las cualidades y habilidades que se necesitan para este tipo de expediciones.
Me alegra de que los 10 montañeros nepaleses lograran este objetivo tan impresionante y no me sorprende que la primera expedición invernal exitosa de K2 llevara un pabellón nepalés.