Así que, el encierro en Navidad y Año Nuevo fue una oportunidad para probar otra cosa y para Navidad tomé un asado de jamón y en Año Nuevo tomé caldereta de ternera, que es un guiso filipino con salsa de tomate, paté de hígado, papas y verduras como zanahorias, pimientos y aceitunas. Ambos estaban deliciosos y me pregunté si debería seguir negándome comidas tan sabrosas. Una dieta que incluya carne roja costaría un poco más. En general la carne roja cuesta lo mismo que el pescado, pero la carne de res más barata para guisar es más que cuatro veces el precio de pollo. Entiendo las razones saludables y medioambientales para reducir el consumo de carne roja en general, pero no quiero evitarla por completo y me gusta el dicho, una vez al año, no hace daño.
Me interesaría saber si habéis considerado excluir la carne roja de vuestra dieta o si creéis que es demasiado para sacrificar
Caldereta de Ternera