Una referencia en la novela La Nena de la autora madrileña anónima, que usa el seudónimo de Carmen Mola, me recordó un edificio famoso pero controvertido de Madrid, El Ruedo. Leí por primera vez sobre El Ruedo en un periódico cuando visité Madrid en 2012.
El edificio fue diseñado por el famoso
arquitecto español Francisco Javier Sáenz de Oiza y sus características más
llamativas son su forma de espiral y su fachada exterior de ladrillo con
pequeñas ventanas que dan a una ruidosa autopista. El concepto de su forma
inusual es proporcionar un espacio público interior protegido con un estanque,
fuente, área de juegos para niños, pérgolas y pasarelas. Se utilizó
principalmente para reubicar a familias del notorio barrio de chabolas El Pozo
del Huevo. En 1990 el edificio recibió el Premio de Arquitectura y Urbanismo
del Ayuntamiento de Madrid.
El aspecto exterior austero del edificio ha
provocado que algunos madrileños la comparen cruelmente con una prisión. Y
aunque el edificio proporcionó viviendas muy necesarias para familias de bajos
ingresos, sus inquilinos sufren de un alto nivel de desempleo y una alta tasa
de crimen, una gran parte de la cual está relacionada con las drogas ilegales.
Por lo que leí en línea, los problemas continuaron durante la pandemia,
especialmente el alto nivel de desempleo. Me gustan muchas de las
características de este edificio, especialmente el área central donde los
ocupantes pueden reunirse e interactuar, pero el edificio por sí solo no puede
resolver todos los problemas de sus ocupantes. Es un diseño audaz y bien
intencionado, y tiene ideas que podrían ser utilizadas por otras ciudades del
mundo que luchan con el problema común de proporcionar viviendas agradables y
de bajo costo para familias de bajos ingresos.
El
Ruedo: un complejo urbanístico dentro y fuera de la sociedad