Estoy horrorizado por las devastadoras inundaciones en Pakistán. Las noticias transmitidas por la televisión o por Internet han tratado de mostrar la magnitud del desastre con fotografías y estadísticas, pero siento que no transmiten adecuadamente el verdadero impacto de tal catástrofe.
Recuerdo haber visto noticias sobre una erupción volcánica el junio de 1991 en el Monte Pinatubo, que está al norte de Manila y está cerca de nuestra ruta desde el aeropuerto de Manila hasta la provincia de Pangasinan. La erupción produjo avalanchas de ceniza caliente y gas, flujos de lodo gigantes y una nube de ceniza volcánica de cientos de millas de ancho que devastó el campo circundante y obstruyó los ríos.
Viajé a Filipinas en octubre de 2005 y para entonces los efectos de la erupción ya no eran de interés para la prensa internacional. Pero yo no estaba preparado para la magnitud y severidad de la devastación que vi desde el autobús mientras viajaba hacia el norte desde Manila. Una vasta área estaba cubierta por una gruesa capa de ceniza. Los caminos en muchas partes quedaron enterrados bajo la ceniza y, aunque los ríos estaban siendo limpiados por excavadoras, muchos puentes fueron destruidos y, lo más lamentable de todo, muchas personas que fueron desplazadas de sus hogares por el volcán acampaban al lado del camino en áspero refugios con pocas perspectivas de regresar a sus hogares y a su forma de vida anterior.
Las noticias por televisión y por Internet deben reconsiderar cómo informan sobre los desastres naturales, deben extender la cobertura más allá del corto plazo inmediato y recordarnos que los efectos para muchos pueden continuar durante muchos años.
Enlace de interés:Pakistán sufre las peores inundaciones en años