El pasado sábado tomó lugar el anual “litter pick” en nuestra área local. En los últimos 6 años un grupo de residentes locales han colaborado en un día del año para quitar basura (por arrojo ilegal de basura: flytipping) por los caminos y bosque alrededor del Parque de Alloa, asi como excremento de perro. En años anteriores hemos quitado sofás viejos, camas y muchas botellas vacías, incluyendo un alijo de 130 botellas de lambrini, vino barato de poca calidad que es popular con bebedores jóvenes. El trabajo no es agradable sobre todo cuando estás al cargo de quitar el “lio de perro”. Sin embargo, nuestros esfuerzos han hecho un gran impacto en la apariencia y la calidad de nuestra zona.
Escocia tiene unos hábitos sucios. Gastamos cada año al menos 53 millones de dinero público para colectar la basura doméstica y la que es despojada ilegalmente. Las autoridades locales gastan 45 millones en eliminación, 6,5 millones en la aplicación de la ley y 0,86 millones en educación y limpieza. Por otro lado la basura y la suciedad de perro son los dos residuos que aparecen con alta incidencia en la lista de cuestiones que a la gente le preocupa más en su área local. Investigaciones muestran que la gente no solo se preocupa de la fealdad de la basura y los riesgos de salud asociados con suciedad de perro, sino también afecta la forma de cómo se sienten sobre la zona en la que viven. La basura afecta negativamente nuestra calidad de vida y tal vez incluso nuestro bienestar mental.