Como ingeniero, considero que la integridad es una de las cualidades más importantes en mi profesión. Sin embargo, no pude evitar un sentimiento de admiración después de oír un artículo sobre un tal Sr. Joaquín García, un exempleado del Ayuntamiento de Cádiz.
En 1996, el Ayuntamiento lo envió a Aguas de Cádiz donde se le dio un despacho para supervisar la depuradora de Cádiz-San Fernando, que entonces estaba en fase de construcción y tardaría unos años en terminarse. García decidió que no había nada que hacer y eligió quedarse en casa.
Las autoridades de Agua de Cádiz pensaron de hecho que el Sr. Joaquín había regresado al Ayuntamiento y viceversa, en el Ayuntamiento pensaron que él seguía en Agua de Cádiz. Parece que se habían olvidado de él sino hasta el 2010, cuando fue elegido para un premio por un largo periodo de servicio laboral, hasta entonces se dieron cuenta que el Sr. Joaquín había dejado de llevar a cabo sus obligaciones totalmente.
Según las fuentes entrevistadas por la corte, el Sr García estuvo ausente entre 6 y 14 años. Actualmente el Sr García ya está jubilado y fue sancionado este 20 de enero con alrededor de €27 mil, el equivalente a un año de su salario neto, lo máximo reclamable legalmente.
Quizás €27 mil no sea un gran ingreso para un ingeniero, pero es fantástico por no haber hecho nada.