Alejandro Magno es uno de los mayores líderes y genios militares más conocidos en la historia. Un hombre que siempre dirigió con el ejemplo, llevó a su ejército a las victorias contra las probabilidades abrumadoras tanto en el Cercano como en el Medio Oriente, dando como resultado la creación de un imperio que se extendía a través de tres continentes desde Grecia hasta la India. Nació en Pella, la antigua capital de Macedonia en julio 356 a.c.
Hoy se le considera como un héroe nacional tanto en Grecia como en Macedonia, y ambos países reclaman derechos exclusivos a la herencia de Alejandro y al nombre de Macedonia. Al separarse Macedonia de Yugoslavia estos indignaron a los griegos al usar el término Macedonia ya que es también el nombre de la provincia norteña de Grecia, y cuando Atenas bloqueó la solicitud de Macedonia para unirse a la OTAN y la UE, Skopje tomó represalias erigiendo estatuas gigantes en honor de Alejandro y retitulando edificios públicos en su honor incluyendo su aeropuerto internacional.
Recientemente, una nueva ronda de conversaciones de la ONU sobre la cuestión del nombre motivó a más de medio millón de personas en Grecia a tomar las calles de Salónica (Thessaloniki) y Atenas para alentar a su gobierno a no transigir.
Un hombre erudito que abrazó las tradiciones de las tierras que conquistó, parece poco probable que a Alejandro le impresionara este argumento provinciano (trivial). Su mayor legado fue unir los pueblos del oeste y los del este, bajo un solo idioma y moneda, compartiendo el conocimiento de las matemáticas, la ciencia y la medicina.
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