En el año 2014, unos meses antes del referéndum escocés de independencia, estuvimos de vacaciones en Catalonia. Recuerdo que había banderas catalanas drapeadas al lado de banderas escocesas en ese tiempo.
Un día, al salir de la catedral en una ciudad que se llama El Vendrell, nos sorprendió ver y escuchar música, desfiles y una manifestación de independencia. También, en el centro de la plaza había muchas personas con pies desnudos, vestidas de blanco con cinchos de colores diferentes, perteneciendo a equipos distintos. Se estaban preparando con mucho entusiasmo para un concurso de ‘castells’, la palabra catalana para el castillo, o la torre humana.
‘La pinya’, normalmente hecha de hombres, forma la base firme de la torre y el primer piso. Entonces, los otros ‘castellers’ suben rápidamente a formar los próximos estratos, mientras tocan música tradicional.
Contamos 5 estratos humanos aquel día, y quedamos asombrados al ver un niño (o ‘enxaneta’) trepando a la cima de la torre. Al llegar a la cumbre, hizo el niño una seña para indicar el fin de la construcción, y el comienzo de la deconstrucción de la torre, acompañada por música. Los equipos compitieron en medio de mucha tensión, emoción y peligro. ¡Qué susto nos dio cuando al bajar de la cima, uno de los niños se cayó! Afortunadamente, la pinya protegió el niño y salió ileso, entre los vítores de la multitud.
¡Nos reímos a carcajadas aquella tarde cuando nos vimos en la televisión catalana mirando el espectáculo!