Los viernes por la tarde, si estamos en casa, jugamos al ajedrez.
A veces estamos cansados después de una semana de trabajo, y la idea de jugar ajedrez es algo desalentador. Sin embargo, una vez que hemos empezado, el juego siempre sirve para despejar la cabeza, porque no es posible pensar en otra cosa.
Se dice que es un juego de guerra, creado hace más que 1500 años en India y llamado Chaturanga. Había cuatro divisiones de un ejército hecho de elefantes, caballistas, carros de guerra y soldados, y también un ‘Cha’ y un ‘Farzin’, consejero del Cha. El Farzin solamente podía ser movido un cuadrado y diagonalmente.
Después de viajar lentamente hacia Europa por Irán y Baghdad, el ajedrez llegó a España cuando fue invadida por los moros en los siglos octavo y noveno.
En la cultura medieval europea, la persona que se sentaba al lado del rey debía ser la reina. Por consiguiente, el Farzin cambió su género en aquella época de España; pero ella tuvo que esperar hasta el Renacimiento antes de ganar el poder que tiene hoy en día, o sea, el poder moverse en todas direcciones a través de la tabla. Aunque el rey es la pieza más importante, nunca me gusta perder la reina a causa de este poder.
De vez en cuando jugamos con un reloj de ajedrez, pero no me gusta tanto porque es más fácil cometer errores, como por ejemplo perder la reina. Sin embargo, siempre es importante practicar para mejorar, ¡tal cual como es importante practicar el español!