La ciudad de Lisboa y sus alrededores me impresionaron mucho durante mis vacaciones recientes, con las vistas maravillosas del Rio Tejo desde lo alto de la ciudad, los monasterios, sus iglesias y sus magníficos monumentos así como sus espectaculares azulejos que adornan las fachadas de los edificios, estaciones, casas y tiendas en todas partes. Hay mucho que explorar y descubrir y pasábamos varias horas caminando por calles estrechas y sentándonos en los cafés para empaparnos del ambiente.
Los fadistas me llamaron la atención especialmente en el barrio de Alfama donde cantan y tocan los instrumentos tradicionales en las calles y cafés. Se dice que el Fado empezó en el siglo 19 en Alfama, un barrio del puerto, y esta música es de raíz urbana, de la clase obrera, asociada con los marineros, los trabajadores portuarios y los comerciantes. El sentido del término ‘Fado’ viene de la palabra latina ‘fatum’, que significa destino; por lo general las letras de las canciones reflejan los temas melancólicos como la pobreza, la pérdida, el mar, el anhelo y la resignación.
En Lisboa, típicamente los fadistas o vocalistas solistas suelen cantar con una guitarra portuguesa y una viola. Amália Rodrigues, cuyo apodo era ‘La reina de Fado’, es la más famosa fadista del mundo. Hoy día, Mariza es una fadista galardonada muy famosa y popular; sin embargo, Amália aún sigue siendo la cantante más exitosa de Fado 20 años después de su muerte.
Según un fadista anónimo, ‘Fado es la vida misma: felicidad, tristeza, poesía, historia.’ En 2011, se añadió el Fado a la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.