Uno de mis paseos favoritos es alrededor del embalse de Gartmorn cerca de Sauchie. Aunque era un sitio industrial que incluía la mina de carbón Sherriffyards, hace mucho tiempo que ha sido reclamado por la naturaleza y ahora es el hogar de una variedad de vida silvestre que prospera en sus bosques y praderas.
En medio de la belleza hay señales de problemas. Muchos de los árboles, específicamente el fresno británico nativo (Ash), parecen estar muertos. Hace unos 20 años un área grande fue plantada con el fresno. Sus hojas delgadas permiten que la luz penetre en el suelo lo que fomenta el crecimiento de las flores del bosque. Consulté el sitio web de mis antiguos colegas en Forest Research y es probable que estos árboles tengan una enfermedad fúngica llamada Ash Dieback. Aunque esta enfermedad es relativamente reciente en este país, existe la preocupación de que pueda exterminar por completo lo que es una árbol común y hermoso.
Esta no es la única enfermedad preocupante que afecta a nuestros árboles nativos. Otro hongo está matando el alerce (Larch), que es un árbol forestal importante y el castaño de indias (Horse Chestnut). Hace unas décadas, la enfermedad del olmo holandés (Dutch Elm disease) casi exterminó a los olmos británicos nativos. Los expertos dicen que el cambio climático está aumentando el número de enfermedades que atacan los árboles del Reino Unido.
Aunque no existe un tratamiento practico para estas enfermedades su propagación se puede controlar con inspecciones de la madera y las plantas importadas y buena higiene por parte de quienes trabajan o visitan los bosques, como limpiar zapatos y vehículos cuando se trasladan de un bosque a otro.