En comparación con Italia y España, Gran Bretaña llegó tarde a la “fiesta” del Covid-19. Como consecuencia, podemos aprender de sus errores y de sus experiencias, preparándonos para lo que pasará aquí.
Esta semana leí un artículo sobre la “desescalada” que inicia en España. El reportero describió su placer, anticipando la posibilidad de reunirse con amigos después de tanto tiempo en aislamiento. Era evidente que soñaba con la expectativa de tomar una copa con ellos, tapeando y charlando en una terraza.
Después de su cita, se quedó un poco desilusionado. Había anticipado que los camareros llevarían puesto mascarillas y guantes. Sin embargo, otros cambios le cogieron por sorpresa, por ejemplo, la ausencia de raciones para compartir, de cartas de uso común o de productos de autoservicio como servilleteros, vinagreras y aceiteras.
¿Qué podemos aprender de su experiencia? En primer lugar, es mejor evitar las altas expectativas. Tenemos que aceptar que, durante nuestra desescalada, nos desilusionaremos también. Sin duda, el ambiente en la calle y en los cafés y bares no será como era antes.
¿Mientras esperamos la desescalada en Escocia, que podemos hacer? Propongo que de vez en cuando juguéis a estar en Mallorca o en las Islas Canarias, quizás en una terraza con una botella de vino y varias tapas. Por supuesto nuestra plataforma favorita Zoom os ayudará.
El domingo pasado hicimos algo similar con dos amigos que viven muy cerca de nuestra casa, para celebrar un cumpleaños. Unos minutos antes de la cita pusimos en el umbral de su puerta unos paquetes de tapas (envueltos en plástico por M&S) y una botella. Luego, sin mascarillas y sin guantes todos nos sentimos en nuestro bar ficticio. ¡Perfecto!