En su plática de la semana pasada, Alan mencionó una película en la cual una pareja hacía un viaje a través del tiempo. Su ensayo me animó a considerar la época y el país que más me gustarían visitar, si yo tuviera la oportunidad.
Para empezar, consideré Italia y el periodo del Renacimiento. Inmediatamente reflexioné sobre la vida de una mujer noble, viviendo en un palacio en el centro de Florencia o Urbino. (Me di cuenta de que no valdría la pena viajar a través del tiempo para acabar en la pobreza). Es posible que conozcas ya el retrato de una duquesa cualquiera, vestida en ropa elegante, por supuesto con sus joyas preferidas. Yo estaba a punto de intercambiar mi vida con la suya.
Aun así, después de pocos minutos de reflexión me di cuenta de que su vida podría haber sido bastante difícil. Hoy día, nosotros damos por sentado una cierta libertad. Me parece que en aquella época las mujeres en particular tenían que aceptar un papel bastante delimitado, incluso las aristócratas. Aunque la Duquesa hubiera sido la dueña del palacio, sus condiciones de vida no habrían sido muy cómodas. Sé que es una cosa menor, pero a mí me gusta ducharme en la mañana con agua caliente. No sé que tipo de sanitarios yo habría podido disfrutar, como Duquesa. Quizá, es mejor no entrar en detalles.
¿Pues, me preguntáis, te decidiste por el Renacimiento o el presente? A decir la verdad, abandoné mis planes. A pesar del coronavirus y del cierre de emergencia actual, prefiero mi vida aquí en Stirling.