Recientemente estuve indagando acerca de la historia de las industrias de Alloa, y aunque sabía que gran parte de su riqueza provino de la minería del carbón y los textiles, yo no sabía los detalles. El carbón se descubrió en esta zona en el siglo XVI y se extrajo hasta mediados del siglo XX. Por otro lado, la industria textil se desarrolló a mediados del siglo XVIII, y alcanzó su apogeo a mediados del siglo XIX, pero el último molino cerró a fines del siglo XX.
Algo de lo que no sabía mucho era sobre el uso de mano de obra infantil en ambas industrias. Si bien el empleo de niños en las minas de carbón se abolió en Escocia a principios del siglo XIX, la costa este de Escocia, incluida Alloa, tardó más en reformarse que en otros lugares. Hasta entonces era costumbre que familias enteras trabajaran en las minas de carbón. El minero extraía el carbón y su esposa e hijos recogían el carbón en canastas y lo transportaban subiendo escaleras a la superficie o lo cargaban en vagones y los arrastraban a la superficie.
El empleo de niños en fábricas textiles continuó hasta bien entrado el siglo XIX. Se prefería a los niños que a los adultos, su pequeña estatura y agilidad los convirtieron en una opción popular para reparar hilos rotos en las máquinas de hilar y de tejer. Era un trabajo peligroso y las máquinas mataban o lesionaban gravemente a muchos niños.
Podemos estar orgullosos de nuestro patrimonio industrial, pero nunca debemos olvidar este uso escandaloso del trabajo infantil. Es deprimente leer que los niños siguen siendo utilizados para la mano de obra en muchas partes del mundo como se muestra en este informe del El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (en inglés UNICEF)
UNICEF Los casos de trabajo infantil