‘Recuerda, recuerda, el
cinco de noviembre, pólvora, traición y conspiración’. Se celebra el cinco de noviembre en el Reino
Unido la noche de las hogueras o de Guy Fawkes, y sin duda la gente conoce el
nombre de Guy Fawkes y la tradición de quemar su efigie en una hoguera. Sin embargo, me sorprendería si todo el mundo
supiera en detalles la historia de este conspirador y sus doce cómplices y el porqué
se festeja el fracaso de su intento de volar la Cámara de los Lores en 1605 en
el día de la apertura del Parlamento.
Guy Fawkes (llamado también
Guido) era católico, un ex soldado que había luchado en la guerra de los
Ochenta Años en un bando de los Tercios españoles contra los protestantes de
los Países Bajos. Después de volver a
Inglaterra, encontró a dos católicos ingleses, Thomas Wintour y Robert
Catesby. El último tuvo un plan de
asesinar al rey Jacobo I para restaurar la monarquía y el trono de Inglaterra
al catolicismo. El complot fue tramado
en la casa señorial de Catesby, ‘the Manor House’ en Northamptonshire.
Los conspiradores
alquilaron un sótano debajo de la Cámara de los Lores donde colocaron 36
barriles de pólvora que Fawkes tenía que volar.
No obstante, por causa de una carta anónima enviada a Lord Monteagle, un
católico, que le aconsejaba que no fuera al Parlamento, el complot fue
descubierto y frustrado. Fawkes fue detenido
y torturado para que revelara los nombres de sus conspiradores. Todo el mundo fue condenado a muerte por alta
traición. Normalmente la ejecución consistía
en ahorcar, arrastrar y descuartizar el cuerpo, pero Guy Fawkes evitó esta
mutilación porque saltó desde el cadalso y se rompió el cuello.
Con el tiempo, la
celebración ha perdido su significado anticatólico y ahora no más que una noche
de hogueras y de fuegos artificiales.
Recuerdo el cinco de noviembre cuando era joven. Se comía manzanas de caramelo y patatas
asadas, y en nuestro barrio se construía una hoguera en un basural bastante
cerca de nuestras casas. Los niños tenían
luces de bengalas y los adultos encendían fuegos artificiales más grandes pero
todos los gatos y los perros se quedaban en casa por su seguridad.