Recientemente, escuché un programa de radio acerca de Louise Stocker, una artista que con materiales reciclados y hallazgos de playa, crea joyas y otras artesanías. Ella vive en Anstruther, donde camina cada día por la playa para buscar fragmentos de cerámica, vidrio y otros objetos arrojados por el mar a la orilla. Explicó que encuentra muchos fragmentos de cerámicas allá, los cuales han procedido de Kirkcaldy, donde se situaba una industria escocesa de cerámica que prosperó durante los siglos XIX y XX.
Me hizo pensar en una serie de televisión encantadora que me gustó mucho que se llama ‘Detectorists’ (‘Los buscadores de metales’). Se trata de dos amigos, Lance y Andy, que pertenecen a un club de la detección de metales y de su obsesión extravagante con esta afición. La serie tiene lugar en un pueblo ficcional en el conde de Essex y los dos protagonistas principales se reúnen regularmente para buscar metales en un campo.
No hay mucha acción, pero el programa muestra conmovedoramente la amistad entre los dos hombres. Se cuentan sus vidas, sus relaciones familiares y también sus trivialidades cotidianas. Por ejemplo, siempre se preguntan sí o no han logrado contestar correctamente una pregunta en el concurso televisivo de preguntas y repuestas que se llama ‘Reto Universitario’.
Aunque el objetivo final de los amigos sea encontrar un tesoro oculto, también se trata de la búsqueda de la historia rica de su país y de la felicidad.
¿Habéis visto el programa?
¿Habéis probado esta afición?