Esta semana se conmemoró el aniversario octogésimo del empiezo de la Batalla de Bretaña. Un reportaje de noticias relacionadas me interesó. Este fue acerca de una niña de trece años que se llamaba Hazel Hill. Su padre, Capitán Fred Hill trabajó para el Ministerio del Aire, el departamento gubernamental responsable de cuidar los asuntos relativos a La Real Fuerza Aérea (RAF).
Según este reportaje mencionado, Hazel Hill desempeñó un papel importante en el diseño de los aviones que lucharon en aquella batalla.
Originalmente, solamente 4 armas podían caber en un avión de caza Spitfire, pero Fred Hill creía que se podía incorporar 8 armas para que fuera suficientemente potente. Sin embargo, no sabía cómo hacer cálculos precisos para verificar su hipótesis. Por consiguiente, solicitó la ayuda de su hija, porque ella era una estudiante brillante de matemáticas.
Cada tarde, los dos trabajaban sentados en una mesa de cocina, haciendo gráficos y calculando algoritmos complejos. Finalmente el Capitán convenció a sus oficiales superiores de la importancia de sus conclusiones. Seis años más tarde, en 1940, las calculaciones fueron puestas a prueba con éxito durante una batalla de 4 meses entre la RAF y el Luftwaffe de Hitler. Gran Bretaña ganó la batalla y Hitler canceló los ataques planeados para invadir el país.
Hazel Hill murió a los 90 años en el año 2010. Llevó una vida larga y exitosa, trabajando como médica, inicialmente en los Servicios Médicos Reales y después como médica generalista y psiquiatra de niños. Uno de sus 4 hijos explicó en el reportaje que su madre también había sido disléxica, y que siempre decía que su aptitud matemática le había ayudado a ocultar sus problemas de ortografía en la escuela.