Mi empleador ha llevado a cabo una encuesta para evaluar cómo sus trabajadores están lidiando o sobrellevando las restricciones actuales del coronavirus y también sobre lo que piensan del regreso a sus oficinas y a las de sus clientes. La semana pasada nos dijo los resultados, los que han sorprendido mucho a los gerentes, quienes ahora tienen que planear un futuro bastante diferente al que se habían acostumbrado.
Parece que más de 2 de cada 3 personas preferirían seguir trabajando desde casa, y el porcentaje aumentaría si los demás no tuvieran que cuidar a niños quienes no asisten a las escuelas mientras intentan trabajar. El sentimiento es que hemos recobrado hasta dos horas de tiempo libre por día al evitar los viajes a la oficina y ahora sabemos que trabajar desde casa puede ser más eficiente. Además esto nos ayuda a conseguir el reto gubernativo de lograr la neutralidad con respecto al carbón. Lo inesperado es que, según los reportajes recientes, todas las centrales termoeléctricas de carbón en el reino unido se han cerrado debido a la baja demanda a pesar de que la mayoría de la gente está en casa.
Según un gerente en Stantec, ahora tenemos que cambiar lo que pensamos del papel de las oficinas, y considerar modos de trabajar mucho más flexibles. No tengo ninguna idea de lo que significa esas afirmaciones intangibles, pero dudo que todos los cambios que vengan beneficiarán a los trabajadores.