Recientemente escribí de los esfuerzos impresionantes de un equipo enorme de científicos, arquitectos y expertos para conservar la catedral de Notre-Dame en París. Ahora voy a describir la historia muy rara de un solo hombre quien ha estado construyendo una catedral durante casi 60 años.
Justo Gallego Martínez, conocido también como Don Justo, nació en 1925 en Mejorada del Campo cerca de Madrid y se hizo monje en 1939. Tuvo que salir del monasterio en 1961 cuando contrajo la tuberculosis porque no quiso infectar a los otros monjes; prometió que si pudiera recuperarse, construiría una catedral en honor a Nuestra Señora del Pilar a quien había rezado durante su enfermedad. Había heredado tierras de labranza y colocó la primera piedra de la construcción en aquel mismo año.
No tenía ningunos planes de construcción ni experiencia arquitectónica, sino estudiaba libros principalmente en latín acerca de iglesias y castillos medievales. Su diseño se inspiró en la arquitectura del estilo románico e incluso en la catedral de San Pedro en Roma y aun en La Casa Blanca en Washington. Durante unos 30 años trabajaba más o menos en solitario, usando materiales reciclados incluidos los neumáticos de caucho. Con el tiempo, su proyecto extraordinario ha atraído la cobertura mediática y también donativos en especie y donaciones financieras, y desde 1998, un ayudante también ha estado trabajando con Justo.
Dice Don Justo que quisiera terminar su obra antes de su muerte y que se levanta temprano cada mañana excepto los domingos para continuar su trabajo. Sin embargo, según la iglesia Católica, la catedral es peligrosa y por consiguiente se niega a apoyar la catedral.
Es posible ver la catedral, la historia de Don Justo y este proyecto de la construcción con más detalle en su sitio web.