Por desgracia, una vez más, hemos aprendido de la triste muerte de un pequeño y la lucha de sus padres para prolongar su vida. Alfie, que sólo tenía veintitrés meses, falleció el viernes pasado después de sufrir una enfermedad degenerativa del cerebro. Necesitaba un respirador artificial para seguir viviendo, pero los médicos tenían la opinión que por su calidad de vida no merecía continuar el tratamiento. Sus padres querían mudarse al extranjero para encontrar una cura o quizás un milagro, pero esto no está permitido en nuestro país. ¡Parece que los médicos tienen más derechos que los padres mismos! Los señores Evans solicitaron la ayuda del tribunal, pero desgraciadamente para la familia, los jueces se pusieron de acuerdo con los médicos.
No es la primera vez que oímos de este tipo de lucha. Hubo un caso bastante parecido el año pasado. Quizás os acordáis de Charlie Gard que falleció el julio pasado. Los médicos de Charlie decidieron apagar el sistema de soporte de vida porque para prolongar la vida no sería el mejor interés del pequeño. Los Gard también, buscaron una decisión judicial, pero, como el caso de Alfie, el juez apoyo la opinión de los médicos.
En ambos casos, los pequeños murieron. Sin embargo, la historia de Ashya King que sufría de un tumor del celebro tiene un final más feliz. Los padres de Ashya secuestraron a su hijo de un hospital inglés contra los deseos de sus médicos para que su hijo pudiera tener un tratamiento que no estaba disponible aquí. Le llevaron a España donde estuvieron detenidos. Después de una lucha judicial llevaron a su hijo al extranjero para el tratamiento y han anunciado que ahora ya está libre del tumor.
Siendo madre yo misma, siento mucha empatía con los padres de niños que están tan enfermos que hasta pueden morir. Espero que nunca tenga que hacer una decisión tan grave.