Cuando se acercaba el final de mis recientes vacaciones en París, necesitaba algo que hacer en el último día. Mi vuelo fue por la tarde y ya había visto todos los lugares que había planeado ver. Estaba revisando las opciones durante el desayuno y encontré información sobre el Museo de Arte Metiers, que estaba situado de camino al aeropuerto. Este es un museo de ciencias y decidí que sería un cambio bienvenido a las artes que yo había estado viendo durante la semana. Al final, fue la visita más destacada de las vacaciones.
El museo se basa en un antiguo monasterio y tiene exposiciones de muchos de los grandes logros científicos de Francia. Me impresionó especialmente el equipo de laboratorio que perteneció a Antoine Lavoisier un químico del siglo XVIII que hizo muchos descubrimientos importantes que resultaron en el desarrollo de la tabla periódica de elementos y el sistema métrico de medición. Nació en una familia rica y cuando la mayoría de sus contemporáneos llevaron vidas ociosas, él decidió gastar su fortuna heredada en un laboratorio en París y dedicó su vida al avance de la ciencia. Se casó con Marie-Anne Pierrette Paulze, quien aunque solo tenía 13 años en ese momento, fue capaz de ayudar a su esposo en la traducción de documentos científicos al inglés. Por desgracia él eligió el lado equivocado en la revolución francesa y fue decapitado por la guillotina.
He pensado en Antoine Lavoisier en mi vuelo de regreso a Escocia y me he preguntado por qué él no es tan conocido hoy como muchos de los famosos artistas franceses. Decidí que su trabajo será siempre recordado porque él descubrió verdades fundamentales y estas nunca pueden ser modificadas ni destruidas.